ODISEA
Con la pampa tatuada en las pupilas,
angustioso horizonte cardinal,
transcurro otros paisajes, no los mios.
Casi ajenos, prestados se dirían.
Viajo en tren por el árido pedrusco
acaso recordando lo imposible;
certero de que todo es un instante,
ya sea sueño, ya indigente vigilia.
Me observo en el cristal de la ventana
buscándome esa pampa en las pupilas,
quizá un verdor que siempre me fue ajeno.
Puesto el ser en la yema de mis dedos
palpo la calavera de mi rostro,
y más allá el paisaje continúa.
(de 'Poemas Catalanes')
EL ASOMBRO DE LOS DÍAS (*)
-
I
Lo súbito:
el chajá alto y poderoso,
una mojarra entre los dedos,
una comparsa de loros y chicharras.
El verano.
XV
¿Quién dijo así está bien...
Hace 6 horas
2 comentarios:
Maestronardi!!
Gracias, su elogio es excesivo!! Sobre todo sabiendo las consecuencias de escupir Viento en Contra, aunque allí sople la respuesta.
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