LOS DESVELOS DEL DOXÓGRAFO

La tradición doxográfica consistía en recopilar, de diversas maneras, las opiniones de terceros autores.
¿Es posible otra escritura?
En la historia, los nombres y las fechas son circunstanciales, mojones arbitrarios y consuelo de nuestras íntimas aspiraciones. Un nombre y una fecha no son más que una ilusión, que nos permite velarnos, espejarnos en el otro. Tal vez, para ocultar y evidenciar que no somos más que objetos tallados con la inmaterialidad de la palabra; objetos de sentido incierto, aunque a veces verosímil.
Somos hablados, decimos lo dicho. En el mejor de los casos armamos, con unas cuentas coloridas y los espejos que nos circundan, un universo de probabilidades imposible de explorar en una vida.
Sin embargo, hablamos. Nos hacemos a la mar en pos de Las Molucas demostrando que el encuentro, la metáfora, no es más que un accidente imprescindible.
La metáfora, multiplicadora de sentidos, siempre necesita del otro, que se los otorga. Se es dicho, bien o mal, pero se es dicho. Construcción colectiva, en la que el destino de cada letra que la forja ha extraviado la causalidad.
Somos meros vectores del lenguaje. Cada quien se las arregla, de alguna manera, con las voces que lo habitan. Todo otro ideal pareciera casi alucinado.

Jorge Pablo Yakoncick.







lunes, 25 de noviembre de 2013

Poemas de Lu Ki, China, s. III

Lu Ki (261-303): Poesía China, Cía. Gral. Fabril Editora, Bs. As., 1960.














CANCIÓN DEL SOLDADO

¡Duro es ser enviado a la guerra lejana!
Se está errante, disperso en los cuatro confines;
al sur, has de subir las cumbres escarpadas;
al norte, has de velar sobre la gran muralla.

Los abismos se extienden, estrechos y profundos,
los montes se levantan abruptos y salvajes.
El ejército marcha como un extenso brazo,
indicando las rutas del desierto de arena.

Has de sufrir la angustia de los calores tórridos,
has de ser asaltado por los vientos helados.
A veces los estíos calcinan los boscajes,
a veces el invierno hiela y cubre torrentes.

Los Hunos a caballo se juntan como nubes,
las banderas del Sur relumbran más que astros,
le ve cómo las flechas tras de las flechas vuelan.
El canto de su paso sin tregua se sucede.

Se come en la mañana sin quitarse las armas,
a la noche se duerme en la lanza apoyado…
¡Qué duro es que te envíen a la lejana guerra,
cuán grande es el dolor que el corazón oprime!


ADIOS ETERNO

No hay camino de vuelta,
se va, y no se vuelve nunca.
Cuantos más años pasen,
el muerto estará más lejos.
No hay ningún camino.
¿A dónde ir a buscarlo?
Los árboles del patio
se deshojan,
las yerbas sobre la tumba
cada día son más ásperas,
Más ásperas.


LA LUNA SE RENUEVA

El hombre vive sólo un instante,
la luna se renueva.
¿Qué haríamos para conservar la plenitud de la vida?
La luna se renueva.
El bien y el mal me siguen, confundidos.
Dentro de cien años, ¿quién de nosotros estará?
Es triste ver cómo los ríos huyen.
El presente se escapa, no podemos seguirlo.
La luna se renueva.
No sirven de socorro ni la virtud ni el renombre.
Eran perfectos los sabios de otros tiempos.
Por todas partes se extendía su fama.
¿En dónde están y en dónde se conserva su nombre?
La luna se renueva.
Es difícil establecer el mérito;
en toda empresa grande es tan común errar…
¿Cómo saberlo si nada sobrevive?
Lleno de pena el sabio suspira,
sólo puede suspirar profundamente.


CANCIÓN

Un viento suave corre el bosque, soplando tenuemente;
las ramas, alargando sus hojas, crean la sombra;
zurean las torcazas, baten alas, se buscan;
a lo lejos, las oropéndolas chillan.
Yo pienso que el tiempo huye y mi corazón se quiebra.
Los soles y las lunas se suceden sin pausa,
toda distancia en un instante se recorre.
Poco a poco los mortales desaparecen;
su brillo es un fulgor, se van y no regresan.
Mi pensamiento sufre sin poder desatarse.

Antes yo era joven, despreocupado, y me asombraba
ver a los hombres apresurarse a gozar los menores momentos.
Me preguntaba: ¿Por qué tan apresurados, qué buscan?
Ahora se que la razón les acompañaba.
Una vez viejos, la edad viril se extingue.

Después de la elevación, es necesaria la caída.
La noche es oscura y sin límites.
¿Cómo no apresurarnos cuando aún tenemos tiempo?
¿Un poco de alegría antes de reposar eternamente?
¿A quién legaríamos los amores que aún no hemos agotado?
El hombre que vive en el mundo busca la calma;
cuando la consigue se alegra.
Pero los caminos del mundo son innumerables y extensos;
las penas se cruzan, los dolores se confunden,
la vejez llega pronto. Suspiremos largamente.


CANCIÓN BREVE

Estoy bebiendo vino en la sala alta.
Mientras bebo, canto tristemente.
La vida humana velozmente huye,
como a la aurora el rocío desaparece.

El tiempo no puede regresar sobre sus pasos,
la flor no puede volver a florecer,
la petunia se muestra en primavera,
la gardenia, en otoño.

Es triste que queden pocos días delante,
es triste haber dejado tantos días atrás.
El presente no me da ya alegría.
Oigo cantar el grillo.

Cuando estamos juntos, ése es mi júbilo;
cuando nos separamos, ésa es mi tristeza.
¿Cómo no penar,
cómo olvidaros nunca?

Aunque el vino sea excelente,
aunque el festín sea exquisito,
termino mi breve canción.

La larga noche no tiene fin.

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