LOS DESVELOS DEL DOXÓGRAFO

La tradición doxográfica consistía en recopilar, de diversas maneras, las opiniones de terceros autores.
¿Es posible otra escritura?
En la historia, los nombres y las fechas son circunstanciales, mojones arbitrarios y consuelo de nuestras íntimas aspiraciones. Un nombre y una fecha no son más que una ilusión, que nos permite velarnos, espejarnos en el otro. Tal vez, para ocultar y evidenciar que no somos más que objetos tallados con la inmaterialidad de la palabra; objetos de sentido incierto, aunque a veces verosímil.
Somos hablados, decimos lo dicho. En el mejor de los casos armamos, con unas cuentas coloridas y los espejos que nos circundan, un universo de probabilidades imposible de explorar en una vida.
Sin embargo, hablamos. Nos hacemos a la mar en pos de Las Molucas demostrando que el encuentro, la metáfora, no es más que un accidente imprescindible.
La metáfora, multiplicadora de sentidos, siempre necesita del otro, que se los otorga. Se es dicho, bien o mal, pero se es dicho. Construcción colectiva, en la que el destino de cada letra que la forja ha extraviado la causalidad.
Somos meros vectores del lenguaje. Cada quien se las arregla, de alguna manera, con las voces que lo habitan. Todo otro ideal pareciera casi alucinado.

Jorge Pablo Yakoncick.







domingo, 10 de febrero de 2013

JACOBO FIJMAN: poemas con fecha


Jacobo Fijman, POEMAS CON FECHA, “Cántico Trascendente y Otros poemas” (1952 – 1969). En Obras (1923 – 69) 1: Poemas. Araucaria Ed., Bs. As., 2005.



Canción de la Doctora del Anillo de Jaspe

Voy cantando cantando
el estupor de los divinos nombres de todo cielo y toda tierra.

Mi voz se enciende como el amargo mar cubierto por el trópico de cabras,
mi voz de sanguinarias tardes de occidente,
el incruento occidente de toda flor que es sacra.

Voy cantando cantando
voy cantando por las calles del estupor, por voz de cruz y de estupor de estrellas,
por estupor de cruz de estrellas.

Voy cantando cantando
por los vivos cristales de las claras ovejas,
por la extática lumbre de la muerte:
yo soy la beatísima doctora de aquel portal de las personas,
del eterno portal de toda gloria.

Mi voz, mi voz se enciende como los negros peces del corazón de tierra
en el seco candor de la pobreza.

Voy cantando cantando
por la Ciudad Eterna, con sus calles más lentas y sus luces más graves,
por los vivos cristales de toda flor que es sacra,
con el amor que sangra sobre preclaros montes,
de llamas y de fuego,
encendido en la llama y en el fuego de la extática lumbre de la muerte.

Voy cantando cantando
por los fríos cristales entre los bueyes duros de las rojas tierras
el estupor de toda voz y el estupor de todo canto.

Voy cantando cantando:
Negra soy, pero hermosa,
llena de lágrimas de llanto en el seco candor de la pobreza.

Voy cantando cantando
el estupor de los divinos nombres de todo cielo y toda tierra
por el portal de toda gloria en extática lumbre de la muerte.

(Hospicio de las Mercedes, 1952)


Cuento de Sheherezad

¿Qué quieres que yo sea?
Si dijeras la flor
yo sería la flor.
En la luz, en el alba,
¿qué quieres que yo sea?
Has vestido de serlos ríos y las lunas.
Los peces en la luz,
los peces en el alba
recogieron las lunas.
Si dijeras la flor
llevaría la flor
con mil sueños y noches
a las bodas de muerte.

(24 de abril, ¿1953?)


Libro de la Hermosura Negra

Libro de la hermosura negra del contemplar
por el más sutil de los escribas que compuso
las sacras líneas sin más color ni más
naturaleza que el primero entre todos en el
supremo orden de la superesencial divina esencia
densa y plenísima de arcanos; sentencioso y
fácil, en que se expulsa el acto reverente de la
muerte sobre la faz original de la incomprensi-
ble muerte en la increada substancia de la
muerte.

(18 de septiembre, 1953)


Canción para la Niña Prosa de la Cruz

Ésta es la isla de mar
y ésta es la casa de llanto.
Tú sobre el mar
aproximas el llanto.
La isla da una flor,
un pájaro, una niña,
y la casa la grave
soledad informada
del amor y del llanto.
Este día es la isla
y este día es el mar,
y esta noche es la casa
sobre el llanto de mar,
tú prosa de la cruz,
de una flor a otra flor
de esta tierra de casas
obre estrella de mar.

(13 de noviembre, 1962)


Muy Beata Poética Beata

Tú sentirás la pura eternidad,
sinfigura, beata,
sinrazón, infinita,
sinfigura, absoluta, sinfigura, beata.
Tú sentirás la pura simplición,
beata vestidísima beata
sinrazón, indistante,
la simplición harmónica beata,
sinfigura, beata,
de eterna eternidad.

(26 de noviembre, 1962)


Canon

Castilla parte en cruz las aldeas y torres,
los versos y los llanos.
El Cid cabalga en cruz;
y los siervos blasfeman con la sangre de Cristo.
Los molinos se tornan por un tiempo de muerte;
y Don Miguel Cervantes redime los cautivos
con ayunos y prosas consonantes.
Castilla dice el Canon en la sangre judía
de los niños judíos;
y las torres malditas de las viejas aldeas
asesinan en cruza los siervos y llanos.

(28 de noviembre, 1962)


Versecillos de Castilla la Muerta

Tú, platero de siervos y de siervas
en cuyas manos son las cosas abscondidas,
ibas por soledad
de torres y campanas
en soledad rajada de Castilla la Vieja,
la de mulas y sierras,
y torres y campanas
y soledad rajada de Castilla la Vieja,
tú, platero de siervos y siervas
en la lución beata de los cirios,
¿quién tocará la eternidad
en sus piedras de muerte?
-Tú, platero del río de la luna,
de tamboril y gaita,
de aldea y de lluvia, de torres y campanas,
y soledad rajada de Castilla la Muerta.

(1 de enero, 1963)


Polifonía

Vaya peso de estrella con su rayo de espanto
de eterna eternidad de eternísimo llanto;
que está de toda soledad
eternísima toda de toda eternidad.
Yo la había de estrellas de toda eternidad,
la que fue más que eterna de eternísimo espanto
en un peso de llanto,
de soledad y rayo de toda soledad.

(febrero, 1963)


Janua Caeli

En una tabla viejal
a niña lleva el llanto
de los días con sus noches
y tres rayos divinos.

Tú pintada de bodas,
de torres y campanas,
de ríos y colinas y rebaños,
y una luna de fiesta
con historia de gentes.

Tú pintada de sueños,
los niños echan piedras,
los caminos espinas,
y la sangre su gloria.

Cantan en las afueras
las figuras sentadas.
Tú la niña pintada de los sueños
en la puerta de cielo,
tú querías la flor
y la paloma blanca,
y una luna de gentes
con la sangre de gloria.

(19 de abril, 1963)


Romance de la Ausencia

Estoy ausente
del amor y del odio
con un río de nombres olvidados
y los pájaros músicos
en las tinieblas rojas como lirios.

Estoy ausente
con muchas lejanías
en las sombras trenzadas
de las niñas criollas,
de pampa azul,
bajo la nube blanca
más grande que los cielos y la muerte.

(26 de abril, 1963)


Confíteor

Quitemos toda flor.
Nos dejaron sin nombre la ciudad y la gloria.
Está sola la muerte,
sin pasión y sin llanto.
Tres golpes han llamado la eternidad beata,
tres golpes de tinieblas, sin pasión y sin mundo,
han llamado en las horas
de un antiguo reloj de ciprés y tristeza.
Quitemos toda flor,
que está sola Lutecia,
está sola la muerte.
Tres golpes han llamado la eternidad beata.

(14 de mayo, 1963)


De la Aldea en los Naipes de Castilla la Vieja

Con unas mismas lunas aprendimos la muerte:
un aldea en los naipes de Castilla la Vieja,
cuando en muerte de viernes en ayunos y llanto
con unas mismas lunas
en ayunas y muerte.

Entonces siempre lunas
reparamos la luna del aldea.
Allá donde tú tienes la canción y la aldea,
tú me llevas contigo en el día de muerte
con el día de viernes y las mismas aldeas,
y las lunas y muerte.

(25 de junio, 1963)


Romance de Nombradía

Cuando andaba Castilla
de la cruz sufriente,
bien pudimos de llanto
de los nombres de Cristo.

Pues que somos la muerte
a buena eternidad
partimos el aldea
de los días y noches.
+(Fue para amor camino+)
bien nombrados de muerte eternidad.

Estamos recibidos
de toda flor de estrella.
Nos llevamos Castilla de las torres la Vieja
para Castilla eterna,
bien nombrada la muerte
de cruz, de eternidad.

(30 de agosto, 1963)


Égloga Concreta que Sustenta la Abstracta Belleza de las Cosas, para el Místico Doctor San Juan de la Cruz

Tú que engendras rebaños de húmedas llanuras
y cálamos sonoros de bosques y de vientos,
pastor de efigies tenues y clarísimas nubes,
la arboreidad de sombras emanan en tu canto;
y un corazón antiguo de noches y de días
solloza en el amor de los graves balidos.

Una nueva substancia renueva la sustancia
de la flor o la mente,
la emanación, el sueño, la vigilia,
la grandeza del mínimo, la lucidez, el fuego.
Del corazón antiguo de noches y de días
sollozan el amor de los graves balidos.
Quien golpea la tierra llama temor de muerte,
simulacros tan densos como piedras eternas.
Tu bondad nos responde en las cañas agrestes,
tú que ingenias rebaños
de la luz en la nube de la muerte.

(6 de diciembre, 1963)


Cántico Trascendente

Las estrellas se fugan en el mar y la noche
donde encuentra su imagen la belleza fugada.
Pero también la noche en todo el mar
transfigura sus partes en la noche,
en la flor, en el sueño o en la muerte.
Tu soledad es una fuga de máxima belleza
de cuerpos y sin cuerpos, del amor y del llanto,
una idea del mundo
con sus cielos y vientos.
Tú que vuelves ahora secretamente eterna
tan en sí como es Dios, la belleza o el mundo.
Dios se fuga en la gloria,
en el uno de gloria
de la estrella, del mar.

(25 de diciembre, 1963)


Epístola Rural

Se anuncian en la flor
los limones Asyrios;
y el ciprés concorpora la más alta tristeza
de la virtud celeste.
Las viñas, los olivos y las palmas,

las manzanas redondas con sus días y noches,
y cuadrúpedas sombras de chivos o de cabras
correrán en el agua de la luna creciente,
circunscritas y vanas como el mundo.

(12 de abril, 1964)


Epístola a Favonio

Quirinus vela el sueño de la ciudad eterna.
Te recomiendo el Tíber, oh Favonio de España,
las dulces aguas de sus aguas muertas.
Cilicia escribe sombras en las piedras de Roma;
y fatua las redacta de las lunas al mundo.
Etruria pantomima.
Los lidos y curetas pantomiman la danza
de ciclos y de vientos
con perlúcidas noches
y las cabras leñosas con estupor celeste.
Troya vence a los griegos en legiones romanas.
Te recomiendo el Tíber, oh Favonio de España.

(28 de mayo, 1964)


Canción de Pueblo y de Senado

Reconoce el ciprés, oh Volumnia beata,
los mirtos prepotentes y las selvas romanas.
La flauta pastoril
compone los rebaños de las tardes
de esplendor y laurel.
La corneja vencida
depónese en el llanto;
pero el águila afina la razón de la muerte,
los mirtos prepotentes y las selvas romanas.
Cuando nazca tu hijo
nacerá la pobreza con los nombres de Cristo.
Oh Volumnia beata, oh Volumnia beata,
los mirtos prepotentes y las selvas romanas.

(1 de junio, 1964)


Canción en Dogma Regular de Cristo

Magistrado de cruz que residencias cosas,
tú dabas las palomas y las nubes celestes
en las solemnes formas de la ciudad eterna.
Tu destino es muy alto, y la respuesta gloria.
Los campos en la tarde quedaron en la tarde,
y tú dabas palomas a las nubes celestes.
Magistrado de la cruz,
tu canción regular cantaba sobre montes
razonando palomas en las nubes celestes.

(17 de agosto, 1964)


Cana de Galilea

Están cerca las bodas
y el cántaro de piedra
y la noche de tierra.
Tú, la noche de bodas
y sustancia de tierra,
levad el cántaro de piedra,
Cana de Galilea,
inmanente, perfecta,
de cántaro, de piedra,
y la noche de tierra.

(2 de octubre, 1964)


Égloga Común

Los corderos y bueyes, indiferentemente,
vieron nubes y luna sobre el mar;
y los pastores vieron, indiferentemente
los bueyes y los corderos,
y tomaron la luna, los bueyes y corderos,
y las cuatro vigilias, indiferentemente.

La luna es del pastor,
y más en el pastor,
y menos en el buey.

El mar, el mar,
sobre la luna, sobre el mar.
El pastor y el cordero,
el ángel y la luna, indiferentemente,
sobre la luna y sobre el mar.

(28 de octubre, 1964)


Flor de Santidad

Ya quietaron, amor, con la última estrella
de eternidad el mundo;
y se unen los vientos en la nueva manzana.
Tu corazón concibe de las cosas
el verbo de las cosas,
tú que espiras, amor,
y que mueves los nombres son la última estrella
sobre el último fruto de la tierra.
Tú ves la nube, de la flor,
la belleza del ángel, la profunda belleza
circunscrita del ser
sobre el no ser más puro del empíreo beado.
Ya quietaron, amor, con la última estrella
de eternidad del mundo.

(28 de octubre, 1964)


Álamo de Castilla

La ciudad de Toledo:
desamparo de torres
y cenizas de águilas vencidas,
de cuya soledad,
antiguo olvido de dolor
y quebranto de nubes,
con el uno y el otro, teniéndose en la gloria
de una misma muerte;
y tú que ves el álamo tanto ves al Quijote,
y menester de lanza,
y siendo en los cipreses ya te cubres de llanto,
tú, ciudad de Toledo, la ciudad de Toledo
para te recordar,
álamo negro de pasión y muerte.

(16 de marzo, 1965)


Romance Lunar

Lunador, cuatro lunas
han lunado los cielos
que valen a los trigos y cebadas,
una luna de tierra secará las manzanas
cerrándose en los ojos más bellos de la muerte.
Y tú lunante por las lunas lunado
entre cosas y cosas,
aún el ser del verbo, y las lunas, y mar,
aún el ser lunado,
y los ojos abiertos que sacran a la muerte.

(24 de mayo, 1965)


Letanía del Buen Uso

Uso a lunas y mar,
¿de qué mar es el viento,
uso a lunas y mar?

Llamemos a la aldea
para el viento de mar,
por estar con las lunas
dando lunas y mar,
uso a lunas y plata,
plata blanca de mar,
dando lunas y mar
y la aldea asentada
a las lunas de mar,
¿quién de las lunas está
de lunas y de mar?
Tañen nuevas campanas
uso de majestad.

(25 de mayo, 1965)


Gramática de Estrellas Fijas

Tú que traes ausencia de aldea,
han pasado los campos, y los bueyes son graves.
Del septentrión las nubes,
y la Osa Mayor,
y su algo eviterno de celeste bondad.
Por el amor de las primeras lunas
y la luna suprema,
con la última luna se producen las albas,
y la mujer nutrida de los claveles rojos.
Vendrá la misma luna cuatro veces de luna,
y las especies mismas, las razones diversas,
de toda llama surgen cuatro virtudes lindas,
bajo la pulcra luna
y las estrellas fijas de la luz arraigada.
La luna está dispuesta con sus tiempos de luna
y la flor de tu llanto sobre el amor del mundo.

(14 de septiembre, 1965)


De Mística Teología

Tú que vuelves por lágrimas el evo del arcángel y la rosa,
Tú que luces el acto de los soles beatos,
¿a quién ama el amor de las dulces gacelas?
¿a quién la eternidad?
Tú que vuelves por llanto la soledad, la muerte,
las torres olvidadas y la paz de la aldea,
y tu cuerpo más fuerte,
más presente que el sueño de la luz y la muerte.

(8 de diciembre, 1965)


Copla Trascendente, o Divina Relación para Tórculos de Castilla la Vieja

Con leyenda dorada
andan por libros viejos, de quien la rancia gloria,
las armas y varones,
la agudeza rompiendo las murallas,
muy en orden las letras, y la paz, y la muerte,
las gentes y las lenguas, la cristiandad perfecta,
los hierros y marfiles, retablos y ciudades,
binas y primaveras, ser de campos, de estrellas:
el trigo, la cebada, y la paz, y la muerte.

(1965)


Égloga de Bodas

Recibidas las lunas,
con éstas sean bodas.
Los cielos crían lunas,
y las tierras ovejas.
Tú, venida a la aldea,
sabionda de tierra:
los montes quedan altos
y poniendo las cabras,
y de vos soledad.
Los cielos crían lunas,
y las tierras ovejas,
los montes quedan altos,
y contigo las cabras;
y siendo aldea a lunas
con éstas sean bodas,
los montes y las cabras.

(1965)


Égloga de Castilla

Algo baja en la parte de las mulas y llanos.
Vamos de medianoche,
y de éstas las tierras
ya concluido los montes,
en cuenta de la luna,
la cual será vieja,
por tanto de los mirtos
allegamos Castilla
algo baja en la parte de las mulas y los llanos.

(1965)


Canción para la Bella Sor María de Ágreda

Aún los mediodías,
y los campos infusos y de estrella,
como quiera de cabras, muchas negras y yermas,
con sosiego de pinos entre montes
de Castilla la Vieja.
Más dulce toda flor y más pura su muerte
aún los mediodías, cual de estrellas.
Amor de ser y ser detiene eternidad
en Castilla la Vieja.

(21 de diciembre, 1965)


Con Castillas de Antes, con Castilla la Vieja

Soledad, soledad,
hasta que haya flor y llanto,
el que antes habías la misma flor,
el mismo llanto.

Para mulas de carga los llanos y montañas,
y las hijas del rey,
para mirar cantando las albas y las albas,
y sus ojos iguales y su llanto.

(25 de diciembre, 1965)


Solsticio de Verano

El círculo de montes y de cabras,
la eternidad equívoca, el ángel y la muerte
con el sol más perfecto,
y la ciudad infusa de la luz y su canto.

Aún los montes son equívocas cabras
y las cabras de montes.
La eternidad unívoca de Dios
con el ángel que muda las entrañas de piedra
y sus ojos infusos y la luz y su canto
con el sol más perfectos
mirando eternidad del ángel y la muerte.

(27 de diciembre, 1965)


Canción de Manos Taciturnas Ocupadas de Muerte

Las encinas retiran las águilas más rojas
cocidas en el barro de las nubes y llanos.
Tuya es la tarde de la luz, del día,
y la flor de la sangre con el nacer que nace de tu boca
en la noche carnal
de estampas, y de nombres, y de lunas.
El tacto se alimenta de esplendor;
y la muerte vital sabe del horizonte
la anunciación del mundo.
Tus manos taciturnas eran verdes y graves;
y los negros pinares de las naves,
poseídas de muerte.

(31 de enero, 1965)


Siempre en Sí

Con su campo de estrella
el nombre solariego de torres y rebaños,
las más águilas rojas de torres y rebaños,
las más águilas rojas, potentes y triunfante,
el vespertino celestiar,
flor de rayos y gloria.
La piedra sanguinosa en tiempo de muralla.
Aquel mar sobre el mar,
el ángel eviterno
con aquel universo de fuego, de candor,
siempre el mismo de ser y de no ser;
el pavor y su lejos, y su lejos de llanto.

(14 de marzo, 1966)


Verso Poliformo

En el nombre mayor
las ásperas colinas turbándose en las cabras y las noches,
y los valles profundos,
que nacen de los soles, alabaron los días,
que viven con el árbol de las gentes romanas.

En el nombre mayor,
voy buscando las cosas, sintiéndome en la tarde
de ciudades y llanos;
y los pasos en flor
tocan impenetrable eternidad
de la belleza pura con belleza de mundo.

(28 de marzo, 1966)


Relación de Elegía

Ahora viene en soledad
el cordero, la flor,
el pájaro, la nube,
la tarde para siempre de la tarde,
de luna a la luna,
la metáfora siempre,
ya la canción en sí,
la soledad más alta,
el cordero, la flor,
la agonía beata,
la aldea, la torre,
y la luz siempre en sí,
la soledad, el mundo,
el corazón en sí,
el llanto siempre en llanto
de beata agonía, mientras sube la aldea,
del cordero o la flor,
la beata agonía
del amor y del llanto.

(24 de abril, 1966)


Balada para el sueño de las Tardes

Tú que cortas manzanas
de la reciente eternidad
concluida de la aldea,
las manzanas en flor,
las manzanas del alba;
esta aldea del nombre con aldea
más inmóvil que el nombre del fuego o de la tierra,
tú que cortas manzanas,
que sean las manzanas,
en iguales distancias, en distancias eternas.
Las tardes inclinaron las recientes manzanas,
inclinaron aquellas ingeniosas
de eternidad de eternidad.

(27 de abril, 1966)


Urbs Antiqua Fuit

Córdoba muere en soledad
tañendo el su cuerpo de dolor y de llanto,
tú que llevas las cabras,
ya negras, y ya rojas,
y la pasión vestida de la tarde.
La rosa y toda flor,
el pábulo, la cera, y la lengua dotal
de Castilla la Vieja.
El alma sentidora hace en las manos
la eternidad del mundo.
Pero Córdoba muere, la Córdoba dotal
tañendo el su cuerpo de dolor y de llanto.

(1 de junio, 1966)


Epílogo del Ángel o la Flor

Tu corazón de luna vieja
coexiste en la tarde
de tu sueño perfecto.
Las cosas son eternas
del ángel o la flor.
Tu corazón se enciende con la noche
de la luna más vieja
y la verdad eterna de las cosas
del ángel o la flor,
y diez cielos que tañen sobre el mar
de la luz y la muerte.

(25 de julio, 1966)

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